En las calles de Nueva York, indigentes enfrentan condiciones de
frío extremo. La semana pasada, la temperatura bajó a 16.5 grados bajo
cero
Hay semanas en que los dioses se burlan de los tontos, algunos
pequeños, otros con gran poder, tal vez sólo para entretener o dar un
poco de alivio a los demás que tienen que atestiguar, aguantar o pagar
las consecuencias de sus tonterías, y a veces los dioses parecen
divertirse con crueldades que aún no detonan una respuesta
suficientemente humana.
Por ejemplo, el presidente de la cámara baja del Congreso federal, el
republicano John Boehner, se dedicaba a promover un proyecto de ley que
aprueba un oleoducto para transportar el combustible de las arenas
petroleras en Canadá a Texas, o sea, uno de los hidrocarburos que más
contribuyen al calentamiento global. En su apasionada defensa de esta
obra, denunció a opositores del proyecto como « extremistas de izquierda
marginales y anarquistas ». Entre los opositores que se habían
expresado ese día, y al parecer entre los que criticaba Boehner, estaban
90 reconocidos científicos y economistas, entre ellos varios premios
Nobel.
Por cierto, el cambio climático tiene sus promotores. Un influyente
sector de políticos, empresarios multimillonarios y la industria de
hidrocarburos dedican millones a su causa, lo que incluye contratar a un
elenco de « expertos » que se ganan la vida al servicio de estos
intereses, presentándose ante medios y foros, poniendo en duda que
existe el calentamiento global. Por ejemplo está el caso de Wei-Hock
Soon, científico asociado con Harvard, que ha sido una de las figuras
más prominentes encargadas de sembrar dudas sobre los efectos de los
gases que contribuyen al efecto invernadero.
El científico, revelaron
documentos obtenidos por Greenpeace, ha aceptado más de 1.2 millones de
dólares de la industria energética, algo que jamás divulgó en todos sus
trabajos académicos y sus ponencias ante el Congreso y otros foros. A
pesar del consenso abrumador de la comunidad científica nacional e
internacional, de hechos comprobados como que 2014 fue el año más «
caliente » jamás registrado, y de fenómenos climáticos cada vez más
feroces –sequías, inundaciones, tormentas, frío extremo, cambios en los
océanos y en los polos–, líderes republicanos, entre otros, rechazan
todo esto mientras sus ciudadanos sufren cada vez más de las
consecuencias de este fenómeno.
Hablando de clima, en las calles de Nueva York, una cifra récord de
personas sin techo –58 284, según el cálculo oficial más reciente–
enfrentan condiciones polares mientras los ricos continúan construyendo
edificios de lujo. La semana pasada, las autoridades proclamaron código
azul, es decir, que los albergues están obligados a aceptar a todo sin
techo que huye de las condiciones inclementes; la temperatura bajó a
16.5 grados bajo cero un día. Decenas, tal vez cientos, de departamentos
de lujo están vacíos, sus dueños los compran más como inversión que
para vivir.
Todos tienen calefacción, pero nadie que lo agradezca.
Por otro lado, mientras se nutre la ignorancia y se tolera la
miseria, en el estado de Oklahoma –el cual ocupa el lugar 48 de los 50
estados en educación– se promueven los valores patrióticos. Un comité
legislativo estatal aprobó un proyecto de ley que anula un curso
avanzado de historia en las preparatorias, ya que, según el
representante republicano que lo impulsó, el curso enfatiza « lo que
está mal con América (sic) » y, más aún, omite mención y elogio del « excepcionalismo estadunidense
». Estos cursos avanzados de historia, diseñados por la institución
nacional de exámenes para ingresar a universidades, ya fueron condenados
por el Comité Nacional Republicano (la instancia nacional del partido)
porque ofrecen « una perspectiva consistentemente negativa de la historia estadunidense ».
Hablando de estudios cívicos, esta semana se presentó el cálculo
final del costo del último ciclo electoral, donde se gastaron 3 770
millones de dólares, lo que confirma que fueron las elecciones
intermedias más caras en la historia, según en Center for Responsive Politics.
Peor aún, fueron las más caras, pero con un grupo de donantes –los que
financiaron a candidatos y propuestas políticas– más reducido que nunca.
O sea, el proceso político « democrático » fue comprado por un grupo
cada vez más exclusivo de ricos.
El número de armas en manos privadas en este país alcanza para que
cada adulto tenga una; hay líderes del país más poderoso y contaminante
del mundo que continúan promoviendo la destrucción del planeta; hay los
que promueven la ignorancia como si fuera acto patriótico, y los que se
benefician con mantener la peor desigualdad económica en casi un siglo
al controlar cada vez más el llamado proceso democrático para sus fines
privados. Ante todo esto, algunos somos reducidos a emitir ya ni
palabras sino sólo sonidos como ay, ja ja, y uf.
Bueno, también hay buenas noticias para aquellos que desean
mantenerse despiertos para ver qué más de esto sigue. El panel nacional
de expertos sobre nutrición emitió sus recomendaciones de dieta más
recientes entre las cuales sorprendió su conclusión de que no sólo hay
riesgos mínimos de salud al consumir entre tres y cinco tazas de café al
día, sino que consumir hasta cinco tazas diarias podría tener efectos
que benefician la salud, como reducir ciertas enfermedades
cardiovasculares y diabetes tipo dos, entre otras.
Ante todas estas locuras, tonterías y crueldades, tal vez lo mínimo
que se le puede sugerir a los dioses es… ojalá que llueva café.
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