Por
fin, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha condenado el
asesinato de tres estudiantes musulmanes en Carolina del Norte, en el
oeste del país.
El mandatario norteamericano, al tachar de “atroz y brutal” la matanza de los tres jóvenes musulmanes, ha afirmado este viernes que "en Estados Unidos nadie debería ser agredido jamás por ser lo que es, por su apariencia o por sus creencias".
La negligencia y falta de empatía de Obama a la hora de condenar el asesinato de Deah Shaddy Barakat (23 años), su esposa Yusor Mohammad (21) y la hermana de esta, Razan Mohammad Abu-Salha (19), ha provocado una ola de críticas por parte de la comunidad internacional.
En la jornada de ayer (jueves), el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, arremetió contra su homólogo estadounidense por haberse mantenido silencio ante lo sucedido.
En esta misma línea, lanzó una serie de críticas a las demás autoridades estadounidenses, como el secretario de Estado, John Kerry, por no haber pronunciado declaración alguna al respecto.
Erdogan sugirió a Obama poner en marcha una serie de investigaciones con la meta de esclarecer los crímenes y asumir su responsabilidad como político ante los acontecimientos que ocurren en su propio país.
El triple asesinato, acaecido el pasado martes fue calificado por las familiares de las víctimas como un acto islamófobo y un crimen de odio.
A pesar de que la Policía estadounidense alega que el presunto autor de la matanza, Craig Stephen Hicks, de 46 años ejecutó tan horrendo crimen tras una discusión por el aparcamiento, empero sus mensajes en su cuenta de Facebook demuestran su carácter antirreligioso, ya que se definía a sí mismo como “antiteísta”.
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