Para iniciar este apunte antes es necesario hacer algunas precisiones:
Primero, sobre los tiempos de guerra que vive el mundo actual.
Cierto, hay una alta tensión mundial. No es
posible esconder el sol con un dedo. Ya sabemos que las enseñanzas de la
historia a este respecto han sido muy precisas.
Han indicado que la violencia es la partera de la misma. Esto ha sido crucial en el sistema esclavista y en el sistema feudal. En el sistema capitalista esto no ha sido una excepción. Bien sabemos que una de las características fundamentales de las burguesías financieras ha sido la agresividad y la guerra. La primera y la segunda, guerras mundiales demuestran aquello de forma trágica y dramática. Sin olvidar la infinidad de agresiones que se han producido a lo largo de estos últimos años, todos provocados por el imperialismo estadounidense.
Han indicado que la violencia es la partera de la misma. Esto ha sido crucial en el sistema esclavista y en el sistema feudal. En el sistema capitalista esto no ha sido una excepción. Bien sabemos que una de las características fundamentales de las burguesías financieras ha sido la agresividad y la guerra. La primera y la segunda, guerras mundiales demuestran aquello de forma trágica y dramática. Sin olvidar la infinidad de agresiones que se han producido a lo largo de estos últimos años, todos provocados por el imperialismo estadounidense.
En realidad el mundo marcha a la guerra. Lo
del equilibrio de fuerzas es una situación transitoria enmarcada en el
sistema multipolar en que está envuelto en este momento el sistema
imperialista. No sabemos cuánto tiempo va durar esto. La carrera
armamentística está en pleno proceso. Este es un catalizador muy fuerte
que puede cambiar la situación mundial en cualquier momento.
En ese
trajín especial están todas las burguesías financieras de los
principales países imperialistas. Las principales regiones en peligro de
guerra, después de lo que ya ocurre en el Oriente Medio (Siria, Franja
de Gaza, etc.), son en primer lugar Europa (por el caso de Ucrania) y el
Sudeste Asiático (Mar Oriental de China y la RPDC). Y por supuesto, en
caso de una guerra mayor, el primer impacto del armamento estratégico
será sobre territorio estadounidense.
Eso está muy claro. Sus
geoestrategas, Henry Alfred Kissinger, Zbigniew Brzezinski y otros bajo
cubierta en la CIA y el Pentágono, de hecho han sido un fracaso, un
total fracaso, por lo menos esto ha sido muy claro en el caso de sus
recomendaciones sobre la intervención en Ucrania. No olvidemos esto.
Segundo, sobre el inmenso poderío militar estadounidense:
Cierto, este país es el más armado del mundo.
Tiene la mitad del presupuesto militar del planeta. Una poderosa flota
naval. Una poderosa fuerza aérea. Un moderno ejército. Más de 1000 bases
militares que rodean el mundo. Hay 10 millones de personas trabajando
en su industria bélica. Cinco millones de intelectuales trabajando para
los servicios de inteligencia de Estados Unidos. (1). Poderes ocultos de
control y dominio (una superestructura rapaz y fascista muy poderosa)
que manejan a los movimientos de reacción religiosa (sectas religiosas
por doquier), pandillaje y barras bravas, en vastas regiones del planeta
que lo secunda en todo momento y en cada conflicto que se involucra. Y
una poderosa red de transnacionales de la información que le sirven de
caja de resonancia.
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