Si la Corte Penal Internacional aceptara investigar las acciones del
gobierno israelí en los territorios palestinos ocupados, podría
encontrar que algunas autoridades son culpables de violaciones
del Estatuto de Roma de 2002.
El artículo 7 prohíbe los “crímenes contra la humanidad”, que son
crímenes de guerra que se repiten sistemáticamente. Entre estos delitos
figuran los asesinatos, las deportaciones o las transferencias forzosas
de miembros de un grupo, las torturas, la persecución de palestinos (un
“grupo identificable”) y el “crimen de apartheid”.
El gobierno israelí ha asesinado a líderes políticos palestinos (no
solo a militantes armados) y ha expulsado de forma ilegal y rutinaria a
palestinos de Cisjordania y de partes de Cisjordania incorporadas
ilegalmente a Israel. Han empleado la tortura contra palestinos presos.
Su política de construcción de asentamientos ilegales en tierras
palestinas, de las que son excluidos los propios palestinos, es solo un
ejemplo de políticas de apartheid. Conseguir una condena por
violaciones del artículo 7 sería un juego de niños para un abogado de la
acusación. Y hay otros artículos que Israel ha violado igualmente.
Si el gobierno israelí o los líderes de los colonos asentados en
Cisjordania fueran condenados por la Corte Penal Internacional (CPI),
¿podríamos esperar una ejecución de dichas condenas? Las empresas
israelíes que hacen negocios en Cisjordania se verían expuestas a
fuertes sanciones de miles de millones de dólares en los tribunales
europeos y no podrían vender sus productos en Europa, si se les
encontrara culpables de crímenes contra la humanidad y de apartheid. Si las acciones legales fueran emprendidas por Palestina, Israel podría tener que pagar indemnizaciones gigantescas.
La CPI solo puede funcionar a través de sus estados miembros. Pero
podría autorizar a esos estados para que, por ejemplo, capturen y
encarcelen al primer ministro Benjamín Netanyahu. Aunque es poco
probable que esto suceda, los líderes israelíes no podrían visitar la
mayor parte de los países europeos, lo que ahondaría su aislamiento y
reduciría mucho su influencia. Las instituciones europeas de Bruselas se
tomarían en serio una condena de la Corte Penal Internacional.
La Unión Africana y el mundo árabe decidieron proteger al presidente
sudanés Omar al Bachir frente al veredicto de la CPI. Según la Unión
Africana, puede visitar libremente los países africanos. Pero no puede
visitar Europa y un gran número de otros países sin correr el riesgo de
ser arrestado. Incluso en África, Al Bachir tuvo que abandonar precipitadamente
la capital nigeriana de Abuya en 2013 porque una asociación de derecho
internacional de ese país había presentado una solicitud de arresto ante
un juez.
Más de una tercera parte del comercio israelí es con Europa y las
transferencias de tecnología desde el viejo continente son cruciales
para Israel. Podría ser expulsado de las organizaciones científicas y
tecnológicas europeas, donde actualmente disfruta de membresías de
cortesía. Y los líderes israelíes podrían tener miedo de visitar las
capitales europeas ante la posibilidad de ser arrestados, al estilo
Pinochet (aunque los gobiernos intervinieran en su favor, no podrían
estar seguros de salir airosos de las demandas interpuestas por grupos
de ciudadanos y no podrían ser protegidos de la actividad de jueces
comprometidos).
El mundo no se acabaría para los líderes israelíes si fueran
condenados, como tampoco se ha acabado para Al Bachir. Pero las
consecuencias serían reales y desagradables y, con el tiempo, podrían
tener unos efectos sustanciales.
Juan Cole es historiador y un prestigioso analista
político estadounidense de tendencia liberal, especializado en Oriente
Medio. Ha publicado varios libros y escribe un blog, Informed Comment.
Fuente: What would Happen if the Int’l Criminal Court Indicted Israel’s Netanyahu?, Informed Comment, 2/01/2015@bouleusis)
Traducción: Javier Villate (
fuente
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