El primer ministro Antonis Samaras reconoció la derrota de su partido y
la victoria de la coalición de izquierda liderada por Alexis Tsipras.
Escrutados más del 75 por ciento de los votos, Syriza obtiene un 36,17
por ciento y está cerca de conseguir los 151 legisladores necesarios
para tener mayoría absoluta.
Samaras
expresó que "el pueblo griego habló" y aseguró que él lo respetará.
"Dejo un país, que está saliendo de la crisis y es miembro de la Unión
Europea y de la zona euro. Por el bien de este país, espero que el
próximo gobierno mantenga estos logros", subrayó ante la prensa. El
primer ministro también llamó y felicitó al líder del partido Syriza,
Alexis Tsipras.Tras el conteo de más del 75 por ciento de los votos, Syriza logra
el 36,17 por ciento, mientras que el conservador partido de gobierno
Nueva Democracia queda en segundo lugar, con 28,3 por ciento de los
apoyos. Los resultados parciales permitirían que la fuerza de Alexis
Tsipras se quede con entre 148 y 151 bancas en el Parlamento, de 300
escaños.En tanto, la formación neonazi Amanecer Dorado obtuvo el 6,3 por
ciento, mientras que el partido centrista proeuropeo To Potami (El Río)
logró el 5,9 por ciento. El partido socialista Pasok, que también está
en el gobierno, obtuvo el 4,8 por ciento y los comunistas consiguieron
entrar al Parlamento, al lograr el 5,6 por ciento. El Movimiento
Socialistas y Demócratas (Kidiso), del ex primer ministro Giorgos
Papandreou, que se escindió del Pasok, solo habría recibido entre el 2,4
por ciento de los votos, por lo que no superaría la barrera del tres
por ciento necesaria para tener representación parlamentaria.En total, 9,8 millones de griegos estaban llamados a las urnas.
"Hoy, el pueblo griego decide si continúa con la dura política de
austeridad o si el país inicia una nueva etapa para que las personas
puedan vivir con dignidad", dijo Tsipras tras emitir su voto en Atenas.
Debido a la enorme afluencia de medios, el líder de Syriza tuvo
problemas para acceder a las urnas. Decenas de reporteros y camarógrafos
bloquearon durante varios minutos la entrada al local del barrio de
Kypseli donde el político tenía que votar. "Mi paciencia es infinita,
llevo cinco años esperando este momento", declaraba un Tsipras relajado.
Durante la campaña, el líder de Syriza prometió aumentar el salario
mínimo, abolir determinados impuestos para los más pobres y negociar una
disminución de la deuda externa de Grecia, que suma 300.000 millones de
euros y representa 175 por ciento del PIB. El líder de la izquierda
dijo además que no se considera atado a las exigencias de la troika de
acreedores - Unión Europea (UE), Banco Central Europeo (BCE) y Fondo
Monetario Internacional (FMI) -, que a cambio de una ayuda financiera
impuso un drástico plan de austeridad económica.
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