El mundo diplomático está de fiesta
después de que Barack Obama anunció que Estados Unidos reanudará
relaciones diplomáticas con Cuba.
El presidente de Estados Unidos señaló
que después de 50 años de aislamiento –poco efectivo– es hora de
intentar algo nuevo y anunció que ha ordenado al secretario de Estado,
John Kerry, reiniciar las discusiones y agendar la reapertura de una
embajada en La Habana. La administración de Obama también permitirá algo
de comercio y viajes entre estos dos países enemistados desde la
revolución encabezada por Fidel Castro y el conflicto de Bahía de
Cochinos. Mandatarios de diferentes países, incluyendo Alemania,
Ecuador, Argentina y muchos otros más celebraron el incipiente fin de
este bloqueo de medio siglo.
Al tiempo que Obama hacía su anuncio a
la nación, Raul Castro hablaba a Cuba, aplaudiendo la medida. Obama
también congratuló al Papa Francisco, que habría intercedido en mejorar
las relaciones bilaterales, acaso en un eco de lo que hizo Juan Pablo II
entre Estados Unidos y Rusia y la caída del comunismo. Se cuenta que
fueron por lo menos 18 meses de pláticas secretas las que llevaron a
este acuerdo.
Medios estadounidenses se unieron a la recepción positiva, The Daily Beast
señalo que Obama probó ser más inteligente que 10 presidentes
anteriores en lo que respecta a Cuba. Al parecer ninguno de ellos había
entendido lo que hace más de 30 años un embajador argentino en La Habana
había dicho memorablemente: “La mejor forma de hacer la guerra con
Castro es con la paz”.
Algunos analistas creen que aunque esta
medida en apariencia es un triunfo de la inclusión y la libertad
política, Cuba podría salir perjudicado por una nueva “americanización”
de la isla, sufriendo la influencia negativa del capitalismo
estadounidense. Una lectura de las declaraciones de Obama sobre cómo
podrán “promover de mejor forma sus valores al involucrarse” en la isla,
podría indicar que se intentará influir en la política comunista (y con
mayor probabilidad de éxito). Aunque, por otro lado, esto parecía tarde
o temprano inevitable y la seclusión de Cuba se antojaba ya una utopía
vuelta distopía.
Se habla también de que en el ajedrez –o
mejor dicho, en el dominó de la política mundial– está medida podría
tener en la mira a Rusia y ser una forma estratégica de congraciarse con
el gobierno de Putin, que se unió a las voces aprobatorias.
Mientras que algunos republicanos como
John McCain han criticado a Obama, así como algunos miembros de la
oposición cubana, no hay duda de que desde la perspectiva estadounidense
la decisión demuestra inteligencia y flexibilidad más allá de antiguas
rencillas –y no sólo en aspectos de democracia, ética y humanismo, sino
también económica y geopolíticamente. Los frutos de esta política que se
actualiza y se desprende de un traje obsoleto podrán verse pronto. El
primero de ellos: los estadounidenses podrán traer hasta 100 dólares de
habanos de regreso a su país.
http://pijamasurf.com/2014/12/obama-muestra-inteligencia-y-reanuda-relaciones-diplomaticas-con-cuba/
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