viernes, 6 de marzo de 2015

La falsa narrativa de la autodefensa de Netanyahu

por Marjorie Cohn

El 3 de marzo, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu lanzó un apasionado llamamiento al Congreso [de EEUU] para que protegiera a Israel oponiéndose a toda diplomacia con Irán.
Refiriéndose a “la extraordinaria alianza entre Israel y EEUU”, que incluye una “generosa ayuda militar y misiles defensivos”, Netanyahu no mencionó el hecho de que Israel tiene un arsenal de entre 100 y 200 armas nucleares.

La guerra de los Seis Días

Un día antes de que pronunciara su controvertido discurso, Netanyahu expresó sentimientos similares ante el AIPAC, el poderoso grupo de presión norteamericano pro-israelí. Insistió en afirmar que Israel actuó en la Guerra de los Seis Días “para defenderse”. La narrativa de que Israel atacó a Egipto, Siria y Jordania en defensa propia, ocupando los territorios palestinos de Cisjordania, Jerusalén y la Franja de Gaza, además de los Altos del Golán y la Península del Sinaí, en 1967 ha sido aceptada sin cuestionamiento por la opinión pública mundial. Israel depende de esa narrativa para seguir ocupando los territorios palestinos citados. Y la película Censored Voices (“Voces censuradas”), que fue premiada en el Festival de Sundance en febrero, no cuestiona esa narrativa.

Pero los documentos de alto nivel desclasificados en Gran Bretaña, Francia, Rusia y EEUU revelan que Egipto, Siria y Jordania no iban a atacar a Israel y que el gobierno judío lo sabía. De hecho, no atacaron a Israel. Al contrario, Israel lanzó su primer ataque con el fin de diezmar al ejército egipcio y apoderarse de Cisjordania.

Voces censuradas sin censura

Durante las dos semanas siguientes a la Guerra de los Seis Días, Amos Oz y Abraham Shapira visitaron varios kibutz israelíes y realizaron varias entrevistas con soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) que acababan de volver de esa guerra. Tras haber sido censuradas por el gobierno de Israel durante tantos años, las grabaciones de las entrevistas han visto finalmente la luz. En Censored Voices oímos las voces grabadas de aquellos jóvenes soldados de las FDI que ahora, ya envejecidos, escuchan en silencio sus propias voces de hace tantos años.
Los testimonios documentados en las cintas son evidencias de la realización de ataques contra civiles y ejecuciones sumarias de prisioneros, que constituyen crímenes de guerra. Un soldado se pregunta: “Son civiles. ¿Debemos matarlos?”. Y contesta: “Ni siquiera pienso en ello. Simplemente mato a todos los que veo”. Así mismo, oímos otra voz que dice: “Hemos capturado a varios chicos en varias ocasiones, les alineamos y los matamos”. Otro revela: “En la guerra, todos nos convertimos en asesinos”. Y otro más dice: “Esta guerra no solo no resolvió los problemas del estado, sino que los agravó hasta el punto de que serán muy difíciles de resolver”. Un soldado compara las evacuaciones de pueblos árabes con los que los nazis hicieron a los judíos en Europa. Un soldado que está viendo cómo un hombre árabe está siendo expulsado de su casa dice: “Tuve la horrible sensación de que estaba mal lo que estaba haciendo”.

En lo que resultó ser una pregunta profética, un soldado dice: “¿Estamos condenados a bombardear pueblos cada diez años con fines defensivos?”. De hecho, Israel ha justificado todos sus ataques contra Gaza como autodefensa, aunque haya sido invariablemente el estado judío el que haya atacado primero y matado una enorme cantidad de palestinos, civiles en su mayoría. Cada vez son menos los israelíes que mueren por los cohetes palestinos.

El falso argumento de la autodefensa

La película comienza mostrando un mapa de Israel, rodeado por Egipto, Siria y Jordania, con flechas que desde cada uno de estos países árabes se dirigen hacia Israel. Los soldados de las FDI creían que esos países árabes representaban una amenaza existencial para Israel. “Existía la sensación de que habría un holocausto”, observa un soldado. Los medios de comunicación israelíes decían entonces que Egipto había atacado a Israel por tierra y aire el 5 de junio de 1967. Según el periodista británico Patrick Seale, “la preparación que Israel hizo de la opinión pública” fue “organizada de forma brillante”, un “notable ejercicio de guerra psicológica”.

En su libro The Six-Day War and Israeli Self-Defense: Questioning the Legal Basis for Preventive War, publicado por Cambridge University Press, el profesor de derecho de la universidad del estado de Ohio John Quigley documenta las conversaciones mantenidas por destacados miembros de los gobiernos de Israel, EEUU, Egipto, Unión Soviética, Francia y Gran Bretaña antes de la Guerra de los Seis Días. Para ello, se basó en actas de reuniones del gobierno británico, una publicación del gobierno francés, documentos norteamericanos de “Relaciones Exteriores de Estados Unidos” y archivos nacionales rusos. Esas conversaciones dejan claro que Israel sabía que Egipto, Siria y Jordania no tenían intención de atacar a Israel y que fue Israel quien inició los ataques.

Egipto era el único de los tres países árabes que tenía un ejército de cierta importancia. El general israelí Isaac Rabin dijo al gabinete de Tel Aviv que las fuerzas egipcias tenían una postura defensiva y el general israelí Meir Amit, jefe del Mossad (agencia israelí de inteligencia), informó al secretario de defensa de EEUU Robert McNamara que Egipto no tenía intención de atacar a Israel. Estados Unidos y la URSS pidieron a Israel que no atacara. Sin embargo, el gabinete israelí votó el 4 de junio para autorizar a las FDI la invasión de Egipto.

“Después de la votación del gabinete —escribe Quigley—, la discusión giró hacia las formas de hacer que pareciera que Israel no había iniciado la guerra cuando, en realidad, eso fue precisamente lo que estaba haciendo”. Moisés Dayan, que poco después sería ministro de defensa israelí, impuso la censura militar y dijo: “Durante las primeras 24 horas, tenemos que ser las víctimas”. Dayan admitió en sus memorias: “Dimos el primer paso en la guerra con Egipto”. No obstante, el embajador israelí en la ONU Gideon Rafael dijo en el Consejo de Seguridad que Israel había actuado en defensa propia.

“El inicio de las hostilidades fueron ataques de las fuerzas aéreas israelíes contra varios aeropuertos egipcios, con el objetivo de destruir los aviones egipcios antes de que despegaran”, según Quigley. El 5 de junio, la CIA dijo al presidente Lyndon B. Johnson: “Israel ha lanzado hoy los primeros ataques”.

El artículo 51 de la Carta de la ONU autoriza a los estados a actuar en legítima defensa después de que otro estado miembro haya sufrido un ataque armado. Aunque Jordania y Siria respondieron a los ataques israelíes contra Egipto, ellos —y Egipto— causaron escasos daños a Israel. En la tarde del 5 de junio, Israel ya “había destruido prácticamente toda la capacidad de guerra aérea de Egipto, Jordania y Siria”, señala Quigley. “Las FDI lograron derrotar totalmente al ejército egipcio el 7 y el 8 de junio”.

Estados Unidos fortalece a Israel

El secretario de estado norteamericano Dean Rusk dijo que Washington estaba “realmente enojado cuando los israelíes lanzaron su ofensiva sorpresa”. Sin embargo, Quigley señala: “La apuesta de Israel dio sus frutos y EEUU no puso en entredicho la versión israelí de los hechos. A pesar de cómo transcurrieron los hechos, la Casa Blanca mantuvo su análisis en secreto”.

Aunque la resolución 242 del Consejo de Seguridad, aprobada en 1967, se refiere a “la inadmisibilidad de la adquisición de territorio por medio de la guerra” y pide la “retirada de las fuerzas armadas israelíes de los territorios que ocuparon durante el reciente conflicto”, Israel sigue ocupando los territorios palestinos conquistados en la Guerra de los Seis Días.

Israel ha abandonado su afirmación de que Egipto atacó primero. Sin embargo, la comunidad internacional considera que Israel actuó en legítima defensa preventiva. Quigley explica cómo la Carta de la ONU solo permite el uso de la fuerza armada después de que se haya producido un ataque armado contra un estado miembro de la organización; no autoriza, pues, la autodefensa anticipadora o preventiva.

“La ONU no condenó a Israel en 1967 por su ataque contra Egipto”, dice Antonio Cassese, de la Universidad de Florencia. Quigley atribuye esto a la política de la Guerra Fría, pues la URSS apoyaba a Egipto. “Para Estados Unidos en concreto, el éxito de Israel fue una derrota para la URSS en la Guerra Fría. Estados Unidos no estaba dispuesto a condenar a Israel después de que le prestara este servicio”.
Hoy, EEUU sigue apoyando a Israel mediante el envío de 3.000 millones de dólares al año en concepto de ayuda militar, a pesar de que Israel ataque a Gaza con su gran poderío destructor, como lo hizo en el verano de 2014, matando a más de 2.100 palestinos (civiles en su mayoría). También murieron 66 soldados y siete civiles israelíes.

Si Israel lanzara un ataque militar contra Irán, EEUU apoyaría a Israel contra Irán y contra cualquier país árabe que acudiera en ayuda de Irán. Como dijo Netanyahu ante el Congreso estadounidense, “Israel y EEUU estaremos siempre juntos”.

Marjorie Cohn es profesora de la Escuela de Derecho Thomas Jefferson, fue presidente de la Asociación Nacional de Abogados y secretaria general adjunta de la Asociación Internacional de Juristas Demócratas. Su libro más reciente es Drones and Targeted Killing: Legal, Moral, and Geopolitical Issues.
Traducción: Javier Villate

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